Odio los zapatos nuevos

En serio, no hay cosa más incómoda que un par de zapatos nuevos. Porque están así todos rígidos, como acartonados y hasta se me hace casi imposible caminar.

Por eso siempre me rehúso a comprar zapatos. No es porque sea codo, que a veces sí lo soy, tampoco es por "pinche ranchero", como algunos me han dicho. Es simple y llanamente porque no soporto usar zapatos nuevos.

A tal extremos llega mi desagrado por estos zapatos que tengo ahí guardados en mi habitación un par de zapatos que sólo he usado un par de ocasiones desde que los compré hace dos años. Y sí estaría bien usarlos para no parecer retrato, pero al ser "nuevos" son horriblemente incómodos.

En fin, lo que pretendo con este post es defender y explicar el hecho de que mis tenis viejos, viejos como ellos solos y al mismo tiempo súper cómodos, sigan siendo mi calzado predilecto.

Comentarios

  1. Golpéalos suavemente con un martillo bola hasta que no queden blanditos, blanditos.
    Cubre con tela los lugares donde vas martillando para no maltratar el material del calzado.
    Para ablandar la costura de la boca del zapato, usa unas pinzas (a ver quién tortura a quien) .

    ResponderBorrar
  2. ¿Golpearlos? Eso es muy salvaje, no? Ja ja ja, bueno... probaré tu método.

    Por cierto, gracias por comentar tan seguido :D

    ResponderBorrar
  3. Ah! Qué chulada de post! Me sonó bien Treviño :P

    ResponderBorrar
  4. Ja ja, la neta sí Ondina, y es que debo confesar que yo era su fan de morrito :D

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Gracias por tus comentarios, serán respondidos a la brevedad. Te recomiendo leer unas sencillas reglas antes de comentar. Gracias.