Sobre abandonos, melancolías, promesas, resignaciones, (auto)definiciones, probabilidades, mi blog y quienes lo leen

Sí, sí. Ya sé que hace unos cuantos días no escribo nada en este mi blog. Y ya sé también que uno que otro de mis dos lectores se ha de haber encabronado ante esta situación. Y no, no pienso pedirles una disculpa pública ni venir a justificarme, la neta qué hueva hacer eso. Tampoco pretendo hacer promesas de campaña del tipo "les prometo que ya voy a publicar más seguido" (esto léanlo así como político del PRI en el estrado), porque la neta no sé si pueda cumplir con eso. Y eso de andar prometiendo y luego incumplir no es la onda.

Lo que sí pretendo hacer es decirles, amiguit@s cibernautas, que en verdad extraño publicar en este mi blogcito de juguete. Y también extraño sus comentarios suyos de ustedes. Porque, créanme o no, es grato encontrarme con que alguien del otro lado del cable de fibra óptica (o de cobre o de la señal del satélite…) ha leído mis palabras y comparte conmigo (y l@s demás lectoræs) las suyas propias.

Y a todo esto, quiero contarles algunas cosas que tal vez no les había contado. Primero, ya me resigné a que el FBI, el CISEN, la CIA y toda esa bola de culeros sepan quién soy. Eso es lo malo de vivir en el mundo real y el virtual. Segundo, y como consecuencia de lo primero, haré a un lado esa paranoia (de hecho ya antes, al decirles donde trabajo, la he hecho a un lado) y, tecero, les contaré que, felizmente, he ingresado a estudiar en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Sí, soy un enahno. No soy antropólgo, ni arqueólogo, ni etnólogo, ni historiador, ni lingüista, aunque estuve a punto de serlo. Para mi suerte, buena o mala, decidí ser etnohistoriador.

[La mera verdad sí tengo más o menos (más más que menos) clara la idea de lo que es la Etnohistoria y de lo que hacemos los etnohistoriadores, pero se me complica un poco explicarles el rollo. Sólo les diré que es una suerte de puente entre la antropología social y la historia y, como diría Julieta Valle, somos la neta.]

Les cuento esto porque tal vez, aunque aún no me decido si sí o si no, comenzaré a publicar dos que tres cosas de esas que me piden que escriba los profesores para sus clases. No sé, tal vez lo haga, tal vez no. Pero en caso de que lo haga, no se vayan a espantar ni a sacar de onda, ¿vale?

Eso es todo lo que quiero y puedo escribir por el momento, porque tengo una lectura harto densa pendiente y el tiempo apremia.

Saludos compas de la web.

PD. ¿A poco no quedó de lujo el súper título de esta entrada?

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