La diferencia entre rechazo y no aceptación

En las últimas semanas ha tenido cierta difusión la noticia referente a los aspirantes rechazados de la UNAM, el IPN, la UAM, la UPN, la UACM, y la ENAH.

Quiero puntualizar algo. Debemos reconocer la diferencia entre ser rechazado y ser no aceptado. Las universidades públicas, por muy enormes que sean, como la UNAM, tienen un límite. Pondré como ejemplo el caso que conozco, la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Los grupos de primer semestre de esa facultad llegaban a ser de 60, 80 alumnos o más. Los salones asignados a esos grupos tenían una capacidad para 50, 30 o menos alumnos. (En una clase éramos 120 alumnos metidos en un salón para 100 personas.)

Lo que quiero decir con esto es que ya es prácticamente imposible aumentar la matrícula de la máxima casa de estudios si antes no se aumenta su capacidad para atender este incremento de alumnos. Y hacer que la UNAM sea más grande sería una reverenda locura.

En este sentido es que considero que la gente que no obtiene un lugar en la UNAM puede ser rechazada o no aceptada. El no aceptado sería aquel que, de acuerdo con los métodos de evaluación para el nuevo ingreso, podría estar en esa universidad, pero que no se queda porque simplemente no cabe.

Mucha gente argumenta que no hay espacios en la UNAM porque muchos son ocupados por los que tienen el pase reglamentario y que este mecanismo debería ser eliminado para una justa competencia entre los aspirantes. No me agrada ese argumento porque ese pase, al que tienen derecho los egresados de los bachilleratos de la UNAM, fue ganado tres años antes en el examen de admisión a nivel medio superior. Y además, hacer que quien egresa de la Escuela Nacional Preparatoria y del Colegio de Ciencias y Humanidades haga un examen para ingresar a las licenciaturas de la UNAM es tanto como no confiar en la formación que la misma institución otorga.

El rechazado es otro concepto y para hablar de él pondré otro ejemplo. Es raro que la ENAH rechace gente. Hasta hace unos cuantos años era la receptora tradicional de los rechazados de otras universidades. Esto se debía, más que nada, al calendario que tenía, que empezaba en enero y así, los que no obtenían un lugar en la UNAM, UAM, etc., tenían el tiempo justo para hacer el examen de la ENAH. En 2010 el calendario de la ENAH se ajustó al de la UNAM. Eso ayuda en parte a dejar de ser una escuela receptora de rechazados.

El proceso de selección de la ENAH es sui generis. No es un examen que ponga a prueba los conocimientos generales adquiridos durante el bachillerato, sino que se basa en un "curso propedéutico" que la misma ENAH imparte. Este curso en la actualidad se trata de siete sesiones en las que se abordan las siete diferentes licenciaturas que imparte la escuela. Una sesión por licenciatura.

El examen es de 120 preguntas basadas en ese curso. Este año la ENAH aceptó aspirantes que obtuvieron entre 102 y 47 aciertos. Si ponemos estas cifras en escala del 1 al 10, el más alto obtuvo 8.5 y el más bajo 3.9, ambos se quedaron en alguna licenciatura de la ENAH. Quienes no se quedaron en la escuela obtuvieron entre 65 y 19 aciertos, es decir, 5.4 y 1.5 en la escala del 1 al 10. Si tomamos en cuenta que normalmente una calificación aprobatoria es de 6, hubo una cifra importante de aceptados con calificación reprobatoria. En el caso de los rechazados, ninguno obtuvo calificación aprobatoria.

Estoy 100% convencido de que todos tenemos derecho a recibir educación de calidad y a que el Estado asuma los gastos de la misma. Pero así como estoy convencido de este derecho, también estoy convencido de la obligación que conlleva. Presentar un examen, reprobarlo y echarle la culpa de eso al Estado (llámese gobierno, SEP, INAH, como quieras, es el Estado a final de cuentas) es lavarse las manos.

Por eso considero que es importante diferenciar entre rechazados y no aceptados. Y lo es porque de esta forma se pueden diseñar acciones que logren la mayor inclusión en las aulas. Los aspirantes a las universidades que no obtuvieron un lugar no son homogéneos. Lo cual no significa que unos merezcan más o mejor atención que otros, sino que las estrategias para acercarlos a las aulas deben ser específicas.

Considero pues, que el Estado debe garantizar que no existan más aspirantes no aceptados en universidades públicas. Que si no puede aumentar las matrículas de las principales universidades piense seriamente en crear nuevas instituciones, como cuando se creó la UACM. La educación debe ser la base para la construcción de un país sólido y en este sentido, el Estado no puede estar cruzado de brazos ante la falta de espacios para la formación de sus jóvenes. Y no, no basta con crear escuelas donde se formen técnicos o ingenieros. Hacen falta escuelas que formen humanistas, científicos sociales, filósofos, artistas.

El Estado también debe garantizar que no haya más rechazados. Primero, conociendo los motivos que provocaron que fueran rechazados. Tal vez porque había que trabajar primero y estudiar después, tal vez porque, aunque quisiera concentrarse en estudiar, existían mil preocupaciones más inmediatas antes. Conocer los porqués para formular los cómos. Cómo hacer para que efectivamente todos los jóvenes puedan acceder a educación de calidad y sin costo para el estudiante.

Las becas que la UNAM, IPN, SEP otorgaron a un porcentaje de quienes se movilizaron para exigir espacios en las universidades son un buen ejemplo de las acciones que se pueden tomar para incluir a los jóvenes en la educación.

NOTA: Lean los comentarios a esta entrada, están bastante sesudos.

Comentarios

  1. "Y no, no basta con crear escuelas donde se formen técnicos o ingenieros"
    ¿¿podrias hacerle entender eso a Calderon por favor??

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  2. ¿A Calderón? Chale, ¿a ese wey cómo le hablarías sobre educación?, ¿con manzanitas?

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  3. Para contribuir a la reflexión de los que no aprueban y los rechazados:
    Todo el mal viene de una formación pésima desde la escuela primaria. Muchos chavos carecen de métodos de estudio, no saben pensar mientras están leyendo ni se detienen a revisar si comprenden lo que leen o estudian. Perdón, pero buscan un lugar en la universidad porque les dijeron que deben hacer algo en la vida. Ir a la universidad debería ser como un llamado a tu vocación. ¿Quieres verdaderamente estudiar o te dijo la sociedad que lo debes hacer? La estructura social obliga a mucha gente a hacer cosas que no desea, como tener hijo, casarse o ir a la escuela.

    Por otro lado, las universidades hacen la función de contener a los chavos, son las guarderías sociales del gobierno, sino todo sería peor de lo que ya es, están ahí guardados en lo que otros tantos mueren y dejan su trabajo. Pero no hay espacio para todos en la guardería.

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  4. Con respecto a no crear universidades donde se formen técnicos o ingenieros no es tanto el problema en sí, se trata, como bien menciona Jefatura de Etnohistoria, de un PROBLEMA QUE VIENE DESDE EDUCACIÓN BÁSICA, en donde lo "importante es pasar la materia/grado" dejando de lado si de verdad ASIMILASTE, COMPRENDISTE Y EJEMPLIFICASTE lo que estás leyendo o viste en clase, y esas deficiencias se ven a la hora de enfrentarte en tu vida universitaria, si bien no puedo generalizar que a todos nos pasó eso (soy casi egresada de la UACM) les puedo decir que es una gran diferencia entre los compañeros que leen y comprenden la lectura y los que solamente leemos por leer.
    ahora bien, con respecto a los "rechazados" de diversas instituciones a nivel superior que han tenido "rechazados", en la UACM (hasta donde sé...que si la Rectora lo cambio, no me sorprendería, casi no se ve que es tecnocrata la señora, pero en fin.) no hay rechazados, existen las listas de esperas, mismas que, al menos yo, considero como OPORTUNIDADES: mientras "esperas" a que inicies en el periodo escolar siguiente, puedes presentar otros exámenes de admisión, así no te quedas en el 'limbo' un año o bien, simplemente trabajas.

    Las opciones están, el Estado-sociedad genera presión para este sector de la población, pero considero que está en ese mismo sector cambiar y no esperar a que cambien...no es punto crear o no crear más escuelas tecnisistas, el punto es preparar a estos tecnisistas desde el nivel básico con 'abono'.

    Esperemos que los universitarios dejemos de ser vistos como "el ejercito obrero en reserva".
    ¡Saludos!

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  5. A eso que dice Jefatura (lo de la pésima educación desde la primaria) es a lo que me refería con averiguar las causas por las que la gente reprueba los exámenes de admisión.

    Y creo que el gobierno debería pensar más en ampliar las "guarderías" para meter ahí a los chavos y estos no recurran al narco y cosas así. Quién sabe si luego no resulte que la educación es más rentable que cualquier inversión (v. gr. Taiwán).

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  6. Sobre lo que comentas, Neko Hanyou MagiX Mokona, no era mi intención decir que no es bueno que haya escuelas técnicas, el Instituto Politécnico Nacional es una gran institución que ejemplifica que cultivar las técnicas es benéfico para la sociedad.

    Lo escribí porque en esas fechas Calderón andaba presumiendo la creación de varias instituciones de educación superior enfocadas en la técnica, y decía que era como crear una universidad nacional. Y, como digo en mi post, también es necesario crear espacios educativos donde se formen científicos sociales, humanistas, artistas. Ahora que si a los técnicos e ingenieros se les acerca/acercara a estas áreas del conocimiento, pues también estaría muy bien. (Muchos ingenieros que conozco no tienen la más mínima idea de que existen ciencias sociales/humanidades y van por la vida pisoteando gente al por mayor.)

    Cierto, lo que hace la UACM es bastante bueno, no recordaba la forma de ingresar a esa universidad.

    Eso de que nos dejen de ver como ejército obrero de reserva no creo que pase mientras las condiciones económicas no cambien.

    Saludos.

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