Un año más de aquel trágico 11 de septiembre

Nota preliminar: Este artículo hace referencia a sucesos históricos, pero no cita sus fuentes porque pretende provocar la curiosidad del lector.

Septiembre 11 1973, de Carlos Latuff
Ayer fue once de septiembre. Poca gente lo recuerda, pero el once de septiembre pasó a la historia como una fecha triste, de luto. Personajes como George H. W. Bush, Gerald Ford y Richard Nixon planearon desde Washington la caída del gobierno socialista del presidente chileno Salvador Allende.

Allende era un modelo de transición hacia el socialismo sin violencia de por medio. Allende significaba la esperanza de un pueblo que expresó, por la vía legal electoral, su deseo de vivir un cambio en la política que lo beneficiara sin importarle los intereses de las transnacionales ni del capital estadounidense.

Obvio que esto no gustó ni a los EUA ni a los poderosos derechistas de aquel país sudamericano. La nacionalización del cobre, el aumento salarial a todos los trabajadores, y otras acciones que favorecían al pueblo fueron mal vistas por los poderosos. Así que se organizó un golpe de estado, con Augusto Pinochet al frente de dicho golpe.

El 11 de septiembre de 1973 las fuerzas armadas de Chile, en conjunto con la CIA, bombardearon el Palacio de la Moneda, sede del gobierno. Allende transmitió su última alocución en Radio Magallanes:
Ante estos hechos, sólo me cabe decirle a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que entregáramos a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente.
Y así lo hizo. Cumplió su palabra, murió por su pueblo.

Después vinieron 17 años de dictadura militar en manos de Pinochet. Claro, respaldados por los gobiernos estadounidenses. 17 años de torturas, secuestros y asesinatos orquestados por el gobierno para eliminar a la oposición.

Allende dijo al finalizar su transmisión antes citada:
Éstas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano. Tengo la certeza de que, por lo menos, habrá una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.
Ciertamente su muerte dio a toda Latinoamérica y el mundo una lección moral que ni con cien años de violencia podrá ser borrada.

PD: Ah sí, hace diez años fue aquello de las torres gemelas.

Comentarios

  1. Genial, preciso, certero. Esos sucesos son los que deberíamos evocar, rememorar, investigar, no las farsas que quieren que recordemos.
    Felicitaciones Kazbam, un abrazo.

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  2. Gracias por leerme y por la felicitación Ariadna.

    No digo que sea malo recordar lo de las torres gemelas, lo que es malo es recordar eso y olvidar lo que los EUA han hecho en todo el globo.

    ¡¡¡Saludos!!!

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