Nota: Este post lo iba a publicar hace una semana, pero la verdad es que no tuve tiempo. Así que si les parece algo desfasado, es por eso.
¿Alguno de ustedes ha leído o visto alguna vez Un cuento de navidad de Emilio Carballido? Si sí, excelente. Si no, se los dejo de tarea, es estupenda esa historia. Fin del post.
Ja ja, no es cierto. Continúo. En esa historia se enfrentan dos Santacloses, uno rico y uno pobre y la historia, que era originalmente sobre la navidá, se convierte en algo así como una crítica social.
El miércoles de la semana pasada me acordé de esa obra porque los niños de una primaria cercana a mi lugar de trabajo (esa que está enfrente de la puerta principal del IMER) llegaron a su escuela disfrazados de Santaclós.
Vi llegar a un mocoso con sus traje re bonito, bien cuidado, nuevo aparentemente. Y como el chamaco está gordo, pues le quedaba de lujo el disfraz. Unos pasos atrás de él, y no sin apenarse, iba llegando otro niño, delgado y con un traje tan deteriorado que parecía rosa en lugar de rojo.
Me quedé viéndolos unos instantes. La maestra que los recibió halagó copiosamente el traje del gordo. Al otro nomás le dijo "buenos días" y le ofreció una sonrisa más falsa que nada.
¿Alguno de ustedes ha leído o visto alguna vez Un cuento de navidad de Emilio Carballido? Si sí, excelente. Si no, se los dejo de tarea, es estupenda esa historia. Fin del post.
Ja ja, no es cierto. Continúo. En esa historia se enfrentan dos Santacloses, uno rico y uno pobre y la historia, que era originalmente sobre la navidá, se convierte en algo así como una crítica social.
El miércoles de la semana pasada me acordé de esa obra porque los niños de una primaria cercana a mi lugar de trabajo (esa que está enfrente de la puerta principal del IMER) llegaron a su escuela disfrazados de Santaclós.
Vi llegar a un mocoso con sus traje re bonito, bien cuidado, nuevo aparentemente. Y como el chamaco está gordo, pues le quedaba de lujo el disfraz. Unos pasos atrás de él, y no sin apenarse, iba llegando otro niño, delgado y con un traje tan deteriorado que parecía rosa en lugar de rojo.
Me quedé viéndolos unos instantes. La maestra que los recibió halagó copiosamente el traje del gordo. Al otro nomás le dijo "buenos días" y le ofreció una sonrisa más falsa que nada.
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