La Casa de Toño, sucursal Tlalpan

Desde que La Casa de Toño abrió su sucursal en el sur de la (de por sí sureña) calzada de Tlalpan, he visto cómo se hacen unas grandes filas para poder entrar a comer en ese lugar. Filas a pie y en auto. La verdad es que cuando veo ese tipo de cosas no me dan ganas de entrar, suelo apartarme de los sitios donde se acumula tanta gente. El caso es que ayer, domingo, fuimos (S, I y yo) ahí. Más por sugerencia de S que por deseo propio.

Me sorprende que sea tanta la gente que se forma para poder entrar a un lugar donde venden garnachas, antojitos mexicanos, y pozole, básicamente.

He de decirles que el pozole que pedí, con pollo, tenía más pollo que maíz y eso no es de mi agrado. Un pozole debe estar lleno de maíz. En fin, el sabor no era glorioso aunque no era malo. Digamos que es cumplidor.

También probamos las flautas. Son de buen tamaño y de mejor sabor que el pozole. Yo recomiendo que pidan la orden surtida (res, papa y pollo). Y el guacamole con el que se pueden acompañar es suficientemente bueno.

De beber tomé un agua de tamarino, esa sí me gustó mucho. El sabor era muy natural, no sé si la hayan hecho con fruta fresca o con concentrado de esos que venden envasados, pero sí estaba muy sabrosa.

Ah, y de postre compartimos un flan napolitano. Ese no fue sabroso ni cumplidor, más bien mediocre. Tenía una consistencia muy gelatinosa y el sabor no era el adecuado.

Los precios son buenos. Con cien pesos por persona se come y se bebe bien.

Si me pidieran que les recomendara un lugar para comer este tipo de platillos, los enviaría a una feria de santo patrono (esos pozoles suelen ser gloriosos), pero si no hay cerca, La Casa de Toño puede ser una opción.

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