Topologías: Tlalpan Axis Mundi

Hace tiempo, cuando comenzaba a salir de casa solo, o sea… por allá en los años dosmiles, no era común el uso de tecnologías para la ubicación y desplazamiento por la ciudad. Y lo digo como bato millenial que fue descubriendo Internet al mismo tiempo que Internet se iba a mostrando al mundo. Luego entonces, en los dosmiles no había teléfonos inteligentes y el uso del Sistema de Posicionamiento Global (t.c.c. GPS) no estaba en manos de la banda.

Salir de casa a explorar la ciudad era, pues, una misión un tanto riesgosa. Afortunadamente para mí, dos de mis tíos eran taxistas y cargaban en sus vochitos verdes con blanco sus ediciones de la Guía Roji. (Jijiji, sin darme cuenta, este post está siendo una fuente documental para investigación pre-smartphones…) El caso es que ellos, mis tíos, solían darme consejos de rutas y transportes que podía usar. Y casi todas esas indicaciones empezaban con un "te vas caminando a la Calzada de Tlalpan y ahí tomas tal camión", y, porsupuestamente, terminaban con un "entones en la Calzada de Tlalpan tomas tal camión y ese te trae de regreso a la casa".

Tlalpan, esa calzada que cruza todo el sur de la Ciudad de México y que conforme se acerca a la alcaldía que le da nombre se va haciendo cada vez más y más angosta, cada vez más y más compacta y cada vez más y más una calle de pueblo.

Tlalpan, esa calzada que en las noches de conciertos o de fiestas ha significado una esperanza y un aviso. La esperanza de llegar a casa a hacer la meme y reponer energías. El aviso de desapendejarme, de despabilarme, de acercarme a la puerta trasera del camión porque ya casi estoy en casa.

No sé si al resto de la banda que vive en este lado de la ciudad de los palacios le signifique tanto como a mí, pero en mi caso siempre ha sido el eje de mi ciudad, de mi mundo.

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