La media, como siempre, miente en el caso de LyFC

Muy aparte de si sea bueno o no, que yo considero que es nefasto, ese asunto de cerrar a LyFC, lo que queda perfectamente claro es la lambisconería con la que actúan las televisoras ante el gobierno federal.

Y es que (me parece que antier) me puse a ver, por error (digo por erros porque desde hace ya mucho tiempo no veo televisión y estaba encendida en ese canal cuando me acerqué a la sala de mi casa), las noticias de López-Dóriga. Es un verdadero asco.

Cuando pasaron la nota del presidente Calderón hablando ante empresarios sobre que no hay marcha atrás en el cierre de Luz y Fuerza del Centro, transmitieron por lo menos un minuto de los aplausos que ese auditorio le brindó a ese presidente. Por lo regular, en cualquier reportaje en el que haya una respuesta así se transmiten unos 10 segundos o menos de los aplausos, pero esta vez fue bastante el tiempo.

Ya sé que la televisión está al servicio del poder, pero que no sean tan pinches descarados, la neta.

Luego, a raíz de la marcha del día de ayer, alguno noticiarios decían (entre ellos el que se transmite por radio y conduce un tal Villalvazo –o como se escriba–) que si esto seguía así, el gobierno federal necesitaría construir un zócalo más grande o hacerle un segundo piso a este para recibir a todos los manifestantes. Es decir, reconocieron lo que nunca hacen, que las marchas congregan a muchísima gente. Y es que, como varios conocidos que asistieron me cuentan, cuando la vanguardia estaba ya en el Zócalo y llenándolo a la mitad de su capacidad, la retaguardia aún no salía del Ángel de la Independencia. Pero dicen los medios de comunicación, los vendidos, que fueron 150 mil personas, y dicen los organizadores que eran 300 mil. El caso es que fue un chingo de gente. Y el caso es que, como siempre, la media miente.

En fin, que estas pinches noticias falseadas, tergiversadas, amañadas y como les quieran decir, hacen que la población pasiva, esa que sólo recibe lo que la tele les da digerido, se crea que son pocos los inconformes, se crea que son necesarias esas políticas de cerrar paraestatales, se crea que vivimos en el país de las maravillas. Corran la voz y por favor, ¡apaguen ya la chingada televisión!