Recuerdos de hace seis años ó Esta vez sí voy a votar

Hace seis años yo no voté. Ya tenía la mayoría de edad pero no mi credencial del IFE. Como sea, traté de estar al tanto del desarrollo de las elecciones.

Recuerdo (un poco de memoria no hace daño) a un Dr. Simi peleándose con una Patricia Mercado por la candidatura. Y al mismo doctor haciendo uso de la palabra durante el debate presidencial, pero en la calle, sin que nadie lo hubiera invitado.

Recuerdo a un Manuel Espino diciendo que su candidato no era el ideal pero sí el idóneo, un chaparrito pelón y con lentes.

Recuerdo a Andrés López poniendo de ejemplo al DF en su campaña. Y a un Luis Mandoki haciéndole un documental propagandístico.

No recuerdo al candidato del PRI, tal vez no sea tan memorable.

Recuerdo a un subcomandante Marcos organizando La otra campaña y a toda la banda política izquierdosa adhiriéndose a su causa.

Recuerdo a una amiga izquierdosa que se reía (no se burlaba, solo se reía) de un señor que en Chiapas, en el desmadre de La Otra, usaba una playera que decía algo como "soy bígamo, apoyo a Marcos y al Peje" o algo así.

Recuerdo el conteo final de votos que estuvo tan reñido entre Calderón y el Peje que provocó que los seguidores del tabasqueño marcharan y bloquearan Reforma exigiendo el conteo de voto por voto y de casilla por casilla (recordemos que en México se cuentan las boletas, no los votos).

¿Qué hubiera pasado si esos votos nulos zapatistas y esos votos dados al Doctor Simi se hubieran ejercido en favor del candidato que no era de izquierda radical pero sí un poco más a la izquierda que el de centro y el de extrema derecha? No lo sé, tal vez no habrían 60,000 (45,000 dicen otros) muertos por la "guerra"1 contra el narco, para empezar.

No es que le esté tirando tierra a toda la gente que se adhirió a La otra campaña, o que votó por el Simi o que anuló su voto por decisión propia, no. Lo que trato de decir es que se puede luchar en varios frentes, que votar no implica traicionar ideales, que votar es un acto práctico y más inmediato que organizar una guerrilla, que votar no cancela la posibilidad de otro tipo de movilización política, que votar por un candidato no implica estar de acuerdo al cien por ciento con sus ideas, métodos y propuestas.

No sé ustedes señores/señoras, pero yo sí voy a votar. Ya no voy a anular mi voto como lo hice en las elecciones intermedias, las de hace tres años, porque anulando mi voto (o negándome a ejercerlo) simplemente estoy apoyando a la mayoría (cuestión de matemáticas y porcentajes nada más) y eso es lo que menos me interesa.

1 Entre comillas porque guerra, lo que se dice guerra, no es.

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