Sabiduría materna

Era sábado ya y pretendía dormir para estar al cien en la función de las seis. En mis sueños sentí una enorme necesidad de tirarme un pedo y estuve a punto de hacerlo, pero algo así como mi sentido arácnido me dijo que no lo hiciera, que mejor me fuera al baño. Así lo hice y pude percatarme de que algo le había caído mal a mi estómago. En efecto: tenía diarrea.

Volví a la cama con la esperanza de que fuera algo leve, pasajero. Pero esa maldita diarrea me tuvo yendo al excusado cada quince o cinco minutos desde las dos de la mañana hasta el mediodía. Bueno, como desde las 9 ya iba al sanitario cada treinta minutos.

Le comenté a mi madre y me dijo que me tomara unas pastillas que se llaman Lomotil. (Aclaro que este no es un post pagado.) Me tomé una pastilla y me preparé para salir de casa, seis horas después me tomé la segunda dosis.

Pasó todo el resto del sábado sin ningún problema sanitario. Desperté el domingo y sin necesidad de ir al baño. Total, que pasaron poco más de 36 horas para volver a entrar en un baño. Y déjenme decirles que al volver, la diarrea ya no estaba. Así es, al fin pude cagar como Dios manda.

P.D.: OK, lo sé, este post estuvo muy mierda. Espero que no vuelva a suceder.

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