Por ningún motivo orino fuera de un sanitario

Hace algunos días conversaba con una señora de unos cuarenta años más o menos. Ella decía que orinar es más cómodo para los hombres y que podemos hacerlo donde se nos dé la gana. Tremenda sorpresa se llevó cuando le dije que no, que yo nunca, por ningún motivo, orino fuera de un sanitario. He aquí mis razones.

I. Por higiene. Una de las reglas básicas de la higiene es lavarse las manos después de ir al baño, ¿cierto? Bueno, yo también me las lavo antes de. Mis manos están en constante contacto con monedas, billetes, barandales, camiones, manos de otras personas, y un sinfín de cosas que por supuesto que generan un bonito caldo de bichos. No tengo el más mínimo interés en tocar mi pene con las manos llenas de dicho caldo.

II. Por comodidad. La verdad es que no sé qué le ven de cómodo a orinar en la calle, cubriéndose para no ser visto o ya de plano escondiéndose de la autoridad. Prefiero estar tranquilo a la hora de soltar las aguas.

III. Porque en la ciudad siempre hay un baño cerca. Ya sea el de un Sanborn’s, Burger King, McDonald’s, alguna plaza comercial, una escuela pública (UNAM, por ejemplo), alguna clínica del IMSS o ISSSTE, algún supermercado como Superama o, ya deplanamente, un local de sanitarios, de esos que te cobran por usarlos.

Una vez explicados mis argumentos, parece que la convencí de la conveniencia de no orinar fuera de un baño.

Y, por cierto, no solo para los hombres podría ser fácil, creo que lo sería incluso más fácil para las mujeres, claro, usando la ropa adecuada. De esas faldotas largas que llegan hasta los tobillos, por ejemplo, solo habría que colocarse en cuclillas y dejar que el líquido fluya...

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