La esencia de lo mexicano

El 15 de septiembre, a eso de la medianoche, es decir cuando empezaba el 15, publiqué un tuit que dice:

Mi reino a quien me diga cuál es la esencia de lo mexicano... y si no saben, no hay nada qué festejar.
He estado pensado sobre este tema que tanto me aqueja. Y aproveché para revisar lo que en años pasados escribí sobre las celebraciones independentistas mexicanas. (Si quieren, échenles una leída: Me da asco ver a tanta gente vestida de verde, blanco y rojo; Hasta la madre (del orgullo mexicano); ¿Qué nos hace ser mexicanos?)

Como respuesta a mi tuit recibí un par de tuits nada más. Y uno que otro comentario en vivo y en directo. Quienes me respondieron en vivo me dijeron cosas como que la esencia de lo mexicano es "la devoción a la virgen de Guadalupe", o la "historia que nos liga a mexicas y españoles".

En el primer caso me resulta un sinsentido porque hay devotos guadalupanos españoles, extremeños para ser exactos. Esta advocación mariana existe en Extremadura desde más o menos el siglo XI y dado que bajo su protección se llevó a cabo la conquista de América, numerosas ciudades en este continente también le son devotas.

Eso de la historia que nos liga a mexicas y españoles es muy simplón y excluyente, porque como ya dije antes, siguiendo esta lógica ni los yucatecos, ni los chiapanecos, ni los michoacanos, ni los sonorenses, ni los bajacalifornianos deberían ser considerados mexicanos. Es más, ni los defeños, mexiquenses, morelenses podríamos serlo porque en realidad no somos herederos de la historia mexica como dice el discurso oficial priista. No mamen.

Los tuiteros que me respondieron dijeron que la esencia del mexicano es

la selección mexicana, particularmente Cuauhtemoc Blanco
Obviamente se trata de una muy buena broma de @afroluisda

qué preguntota. Pa' responderse [o intentar] con unas cheves o unos tequilas o unos pulques.
Esta respuesta de @melinamao me gusta. Porque luego de pensarle chido, creo que lo único que nos identifica como mexicanos y que nos diferencia del resto de naciones del globo (sí, hablo de identidad y esas mamadas) es nada más y nada menos que aquello que comemos y bebemos.

Incontables son los sujetos que han esgrimido que la cultura nacional se basa en una suerte de sincretismo1 entre las culturas prehispánicas y la española. Pero pues lo que pasó en realidad, en el plano de las expresiones culturales y religiosas, fue una imposición y una resistencia.

Pero si nos asomamos a la gastronomía, podremos identificar ese sincretismo del que tanto se habla. Y el más claro ejemplo2 de ello es el mole. En ese platillo convergen ingredientes que provienen de diversas regiones del globo y que se comen en otros lados, pero en ningún lugar se prepara ni se come como acá.

Otro ejemplo3 son el tequila y el binguí. Se trata de bebidas alcohólicas que se producen a partir de agaves, plantas nativas americanas, y que en su proceso son destiladas (el binguí antes es fermentado). Y resulta que la destilación no se usaba en estas tierras antes de que llegaran los europeos.

Así que simplemente quiero concluir, provisoriamente, que lo esencialmente mexicano es nuestra alimentación.

Acepto críticas.

1 Entiéndase por sincretismo la convergencia de dos culturas para generar una tercera, nueva y diferente de las anteriores: A+B=C
2 El ejemplo no es mío, es de mi profesor de Fuentes II: Raúl Aranda, y aclaro que no lo usó para hablar de lo mexicano sino del sincretismo.
3 Este ejemplo sí es mío.

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