Existen también alternativas legales para abatir a la piratería. Licencias como Copyleft, Creative Commons, y otras más ayudan a los artistas a distribuir sus creaciones libremente, o, por lo menos, un poco más libremente que con la licencia tradicional del Copyright.
Hay varios artistas que publican su obra bajo estas licencias, que permiten la libre distribución sin algunas restricciones del Copyright. Agrupaciones como los raperos Legua York que permiten que sus canciones sean descargadas legal y gratuitamente desde su sitio web.
Proyectos como Radio87mhz que se encargan de difundir la música de muchos artistas, con su consentimiento claro está, bajo licencias Creative Commons. O como Delhotel Records, que de igual modo distribuye bajo licencias CC.
La música, en manos de las disqueras multinacionales, se convierte en propiedad privada, sin ningún tipo de concesión para con el artista o el público. En cambio, estas alternativas no ponen las creaciones en dominio público, lo cual no serviría de nada al artista, sino que la ponen, como dicen los de CC, en un punto intermedio entre la propiedad privada y el dominio público. El artista conserva derechos sobre la obra, pero sin las restricciones de distribución clásicas del copyright.
Alternativas para abolir la piratería hay muchas. Pero mientras siga siendo un producto más del capital, mientras sólo se busque el enriquecimiento de quienes controlan el mercado musical, mientras no se de libertad creativa a músicos y demás artistas, mientras se siga vendiendo con precios prohibitivos, mientras se sigan enlatando a los artistas, mientras no haya una buena distribución de la producción artística y mientras las empresas de música sigan acaparando y poseyendo y negando la libertad a todo lo que sea arte seguirán existiendo los papás (y también hijos) piratas.
Parte 1/6: Ser un papá pirata
Parte 2/6: Al alcance del bolsillo popular
Parte 3/6: Una opción ante el mercado establecido
Parte 4/6: Matando al artista
Parte 5/6: Alternativas para disminuirla
Parte 6/6: Otras alternativas legales
Bonus track: Los libros
Hay varios artistas que publican su obra bajo estas licencias, que permiten la libre distribución sin algunas restricciones del Copyright. Agrupaciones como los raperos Legua York que permiten que sus canciones sean descargadas legal y gratuitamente desde su sitio web.
Proyectos como Radio87mhz que se encargan de difundir la música de muchos artistas, con su consentimiento claro está, bajo licencias Creative Commons. O como Delhotel Records, que de igual modo distribuye bajo licencias CC.
La música, en manos de las disqueras multinacionales, se convierte en propiedad privada, sin ningún tipo de concesión para con el artista o el público. En cambio, estas alternativas no ponen las creaciones en dominio público, lo cual no serviría de nada al artista, sino que la ponen, como dicen los de CC, en un punto intermedio entre la propiedad privada y el dominio público. El artista conserva derechos sobre la obra, pero sin las restricciones de distribución clásicas del copyright.
Alternativas para abolir la piratería hay muchas. Pero mientras siga siendo un producto más del capital, mientras sólo se busque el enriquecimiento de quienes controlan el mercado musical, mientras no se de libertad creativa a músicos y demás artistas, mientras se siga vendiendo con precios prohibitivos, mientras se sigan enlatando a los artistas, mientras no haya una buena distribución de la producción artística y mientras las empresas de música sigan acaparando y poseyendo y negando la libertad a todo lo que sea arte seguirán existiendo los papás (y también hijos) piratas.
Parte 1/6: Ser un papá pirata
Parte 2/6: Al alcance del bolsillo popular
Parte 3/6: Una opción ante el mercado establecido
Parte 4/6: Matando al artista
Parte 5/6: Alternativas para disminuirla
Parte 6/6: Otras alternativas legales
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